Filipinas - La OIM participa en una evaluación conjunta que se está llevando a cabo en la zona más afectada de la región de Visayas (Filipinas) tras el terremoto de 7,2 grados de magnitud que la sacudió este martes.

Los mayores daños sufridos por personas y propiedades se han registrado en Bohol y Cebu, provincias donde las autoridades locales han declarado el estado de catástrofe.

El Gobierno filipino ha pedido ayuda a la OIM, al Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.

El jefe de la Unidad de preparación y respuesta ante situaciones de emergencia de la OIM en Filipinas se encuentra ya en Bohol y forma parte de un equipo de evaluación conjunta dirigido por la Secretaría de Bienestar Social y Desarrollo y por el Coordinador Humanitario de las Naciones Unidas.

Los informes iniciales señalan que la cifra de afectados por el terremoto supera los tres millones, y se han establecido ya 59 centros de evacuación en las inmediaciones de Bohol, donde se encontró el epicentro.  En ellos se alojan temporalmente 92.179 desplazados (19.025 familias), si bien se estima que otras 150.000 personas permanecen al raso o en tiendas de campaña por temor a las réplicas.

Se ha informado de que alrededor de 1,3 millones de trabajadores han perdido sus medios de vida tan solo en Bohol, provincia que depende en gran medida de la agricultura y el turismo.

El jefe de la misión de la OIM en Filipinas, Marco Boasso, ha insistido hoy en un foro de donantes patrocinado por las Naciones Unidas en que la OIM respalda las iniciativas gubernamentales para aliviar el sufrimiento y buscar soluciones duraderas. “Los recursos del Gobierno están al límite debido a la sucesión de desastres.  La respuesta humanitaria aquí va a ser compleja y precisará muchos recursos humanos y financieros”, señala Boasso.

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Marco Boasso
OIM Manila
Email: mboasso@iom.int