Comunicado
Global

La OIM declara que el aniversario del tifón Haiyan pone de relieve la necesidad de la preparación para desastres

Filipinas - El 8 de noviembre de 2013, el tifón Haiyan arrasó la región de las Visayas de Filipinas central, donde más de 6.300 personas perdieron la vida y cuatro millones de personas quedaron sin hogar.  La tormenta más fuerte de la historia destruyó más de un millón de viviendas y los daños sumaron miles de millones de dólares.  Un año más tarde, la OIM recalca la necesidad de mejorar los sistemas de preparación y respuesta para evitar tragedias futuras en Filipinas y otras partes.
El personal de la OIM se presentó en el terreno en las 48 horas posteriores al paso del Haiyan.  En los días y meses siguientes, la organización emprendió la iniciativa de seguimiento de los desplazamientos, generando información fiable y en tiempo real sobre los desafíos más urgentes y respondiendo a las necesidades más agudas relacionadas con el refugio, protección y salud.
Durante los primeros seis meses, los equipos de la OIM distribuyeron más de 97.000 artículos no alimentarios, tales como mantas, cubos y lámparas solares, y 63.000 kits de refugio de emergencia con lonas, cuerdas, clavos y martillos.  Más de 100.000 personas recibieron ayuda médica y los equipos de comunicación siguen trabajando con las comunidades para ayudar con consejos prácticos a miles de familias afectadas y para poner a su disposición un canal a través del cual pueden expresar sus preocupaciones.
En este momento, la OIM está centrada en la fase de recuperación a gran escala y ha distribuido más de 30.000 kits de refugio de recuperación (un paquete que incluye madera de coco, techos de metal y otros materiales de construcción), capacitación en la construcción de refugios más seguros, donaciones en efectivo y monitoreo de la construcción.  Todo esto está diseñado para ayudar a las familias afectadas a mejorar y reconstruir sus casas dañadas.
El proyecto de recuperación masiva contempla la construcción de refugios de transición diseñados para un mínimo de dos años de duración, hasta que se identifiquen soluciones habitacionales duraderas.  Ya se construyeron casi 1.500 refugios de ese tipo y otros 400 están en construcción.  El esfuerzo que realizan varios organismos garantiza que los campamentos de transición ofrezcan acceso a servicios de agua, saneamiento y protección, al igual que refugio.
Para ayudar a reconstruir la infraestructura destrozada de la región y promover la recuperación económica, el programa de refugios de la OIM ayuda a los agricultores locales a procesar y aserrar cocoteros caídos.  La OIM hace uso de esta madera local de cocoteros caídos o dañados para la construcción de las viviendas, lo que constituye una fuente de ingresos en efectivo para familias agrícolas afectadas y acelera la remoción de escombros.
Asimismo, la OIM ha apoyado la recuperación de medios de vida a través de un programa de efectivo por trabajo.  Sólo en Guiuan, hasta la fecha se han generado actividades de 116.000 días de trabajo por persona, lo que es un apoyo considerable para la recuperación económica de las comunidades afectadas.
Además de la propia asistencia de refugio de la OIM, la organización presta apoyo al Departamento de Bienestar Social y Desarrollo de Filipinas para construir campamentos de transición en Tacloban City y Guiuan, lo que se inauguró oficialmente el día de hoy en un acto al que asistió el presidente de Filipinas, Benigno Aquino III.
“Este fue un desastre sin precedentes, tanto en términos de las vidas perdidas como de las vidas trastornadas”, señaló el Jefe de Misión de la OIM en Filipinas, Marco Boasso.  “El gobierno y la comunidad internacional pusieron en marcha una respuesta masiva –tal vez con demasiada lentitud al principio– pero hemos aprendido mucho; en primer lugar y ante todo, un año después del Haiyan, sabemos que tenemos que estar más preparados para desastres futuros, para que la próxima vez las comunidades estén preparadas y listas para actuar”.
“Algo de lo que podemos estar seguros es que los desastres relacionados con el clima son cada vez más frecuentes e intensos y afectan a una mayor cantidad de personas.  Es nuestra obligación y nuestro deber responder, pero también preparar y mitigar el impacto.  No podemos dormirnos en nuestros laureles cuando hay tanto en juego”, advirtió.
Boasso resaltó la capacitación de más de 40.000 personas en prácticas de construcción más seguras, como testimonio del compromiso de la organización con la reducción del riesgo de desastres.  Además, la OIM ha evaluado el estado de los centros de evacuación en la región más afectada y ha trabajado en el mapeo del peligro y la vulnerabilidad.  Asimismo, está almacenando materiales de refugio, lonas, mantas, lámparas solares y medicamentos para permitir una respuesta más rápida en desastres futuros.
Un año después de la catástrofe, todavía no se han identificado o conseguido terrenos para establecer campamentos de transición suficientes y seguros.  Unas 4.500 familias desplazadas siguen viviendo en campamentos para desplazados en la región afectada por el Haiyan, muchas de ellas en condiciones inadecuadas.  La mejora de la vivienda, salud, protección y comunicación se necesitan con urgencia en las regiones afectadas por el Haiyan.  Al responder a estas necesidades, la OIM seguirá apoyando al gobierno en sus planes de recuperación y rehabilitación a mediano y largo plazo.
“Gracias a la resiliencia del espíritu filipino, la generosidad de la comunidad internacional y la colaboración de organizaciones tales como la OIM, lo que fue la zona cero ha mejorado considerablemente”, aseveró la Secretaria del Departamento de Bienestar Social y Desarrollo de Filipinas, Corazón ‘Dinky’ Soliman, quien ha trabajado en estrecha colaboración con el personal de la OIM, en particular en Tacloban y Guiuan, en el año que ha transcurrido desde el desastre.
Para obtener más información, por favor ponerse en contacto la OIM de Filipinas
Joe Lowry
Tel: +63 915 8125566
Email: jlowry@iom.int
o
Marco Boasso
Tel: +63 9178485306
Email: mboasso@iom.int