Guadalajara (México) .- En la zona industrial de Guadalajara, en el occidente de México, se erige, desde el año 2018, el albergue Aldea Arcoiris, un espacio que atiende a personas migrantes y en otros procesos de movilidad en su paso por la ciudad. Además, les ofrece alternativas laborales y de vivienda para insertarse en la sociedad tapatía.  

Jorge Benet y Nimbe González son esposos y encabezan el proyecto de Aldea Arcoíris en Guadalajara desde el 2020. © OIM México / Omar Romo

Los inicios  

Aldea Arcoiris fue fundada por el sacerdote italiano Flor María Rigoni, perteneciente a la Congregación de Misioneros de San Carlos Borromeo, mejor conocidos como Scalabrinianos. Gracias a su apostolado fray Flor se convirtió en voz de las personas migrantes desde hace 37 años cuando en Tijuana, el clérigo fundó la Casa del Migrante.  

En 2020 Flor María Rigoni fue llamado a realizar misiones en Bogotá, Colombia, y a partir de ello Nimbe y Jorge se quedaron a cargo del albergue dando continuidad al legado del sacerdote italiano.

“Conocimos al padre Flor en Tapachula, Chiapas yo trabajaba en el tema de trata de personas y Jorge en un albergue”, dijo Nimbe González sobre cómo fue el primer acercamiento al proyecto.

Vocación hacia la inserción laboral  

Aldea Arcoiris tiene claro que las personas migrantes pueden aportar a las sociedades que los acogen. Es algo que está en el sexto objetivo del Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular (PMM) que compromete a la contratación y trabajo decente a las personas en procesos de migración.  

Por ello, el trabajo de la institución se enfoca en ofrecer capacitación laboral, proponer opciones dignas de empleo y alternativas seguras de vivienda para que las personas migrantes que accedan a ellos, tengan una posibilidad real de insertarse activamente a la economía de Guadalajara y en el estado de Jalisco. 

El taller de repostería es uno de los que se ofrecen en Aldea Arcoíris para capacitar a las personas migrantes. © OIM México / Omar Romo

Dado el cumplimiento de esta misión, el albergue se autodenomina “casa - escuela”, porque, las personas migrantes pueden encontrar un oficio gracias a las capacitaciones que reciben durante aproximadamente un mes que dura la formación.  

Durante este período formativo Aldea Arcoiris apoya a las personas para darlas de alta en el Servicio de Administración Tributaria (SAT), tramitar su Clave Única de Registro de Población (CURP) en el caso que sean mexicanos, y en otros trámites para que sus opciones de integración laboral sean formales.  

“Lo que aquí buscamos es que el migrante nunca salga como entró. Al albergue llegan sin nada, con necesidades, con muchas cosas, pero nuestro objetivo es que ya salgan con un trabajo y establecidos en una vivienda”, indicó Jorge Benet.

Además, en las capacitaciones que otorgan a las personas, la institución cuenta con el respaldo de empresas como Microsoft y Cisco en temas de innovación digital gracias a la empresa AXITI y tiene alianzas educativas con los Centros de Capacitación para el Trabajo Industrial (CECATI), la Universidad de Guadalajara (UdeG), la Universidad del Valle de Atemajac (UNIVA) y el Tecnológico de Monterrey. 

Sin embargo, la tarea emprendida con las personas migrantes no ha sido sencilla. Los resultados alcanzados son fruto del trabajo del equipo en la sensibilización a empresarios del estado de Jalisco, así como a dueños de viviendas, para que las ofrezcan a costos asequibles. 

Esto también en apego a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (ODS), entre los que destacan (8) Trabajo decente y desarrollo económico, (10) reducción de desigualdades, y (11) Ciudades y comunidades sostenibles, los cuales Aldea Arcoíris ha impulsado con su labor cotidiana. 

OIM México ha colaborado en los últimos meses en diversas actividades de Aldea Arcoiris a través del Programa de Asistencia Humanitaria (CBI), en la búsqueda de visibilizar las necesidades de la población migrante y en actividades de sensibilización como el acompañamiento a una exposición fotográfica en una de las estaciones del Tren Ligero realizada en junio, entre otros apoyos.  

Los nuevos retos 

Según el Perfil Migratorio 2022 de la OIM México, el año pasado México presentó el mayor número de eventos de personas en situación migratoria irregular jamás registrado, superando las cifras récord registradas en 2021.  

Esto también ha tenido impacto en los albergues de Guadalajara y junto a otras coyunturas, los retos se duplicaron para Aldea Arcoiris, que ha enfrentado numerosas necesidades al grado de pensar en cerrar el espacio.  

Sin embargo, a pesar de las dificultades, el equipo de 5 personas fijas y voluntarios ha seguido de pie para continuar con su trabajo.

“No queremos que esto se acabe. Sabemos que nuestro trabajo es muy importante y suma mucho a la sociedad”, explicó Jorge Benet.

Un gran equipo de voluntarios y voluntarias acompañan a Aldea Arcoíris en su proyecto. © OIM México / Omar Romo

El voluntariado se ha entregado a una acción noble que, como en otras organizaciones que atienden a población migrante y en otras formas de movilidad, es vital para mantener las operaciones de este tipo de sitios. 

La directora de Aldea Arcoiris, Nimbe González, realizó un llamado a buscar colaboradores entre otras áreas, para tareas de cocina, limpieza, así como con enfoques profesionales en psicología, medicina, comunicación y talleristas en general. 

También han recibido otro tipo de donaciones como alimentos no perecederos, medicamentos, productos de limpieza y ayuda económica.  

Si quieres aportar tu granito de arena a esta causa, puedes contactarte a través de su WhatsApp: 33 2592 8011 o visitarlos personalmente en su ubicación:  

Calle Metalurgia #2878, Parque Industrial El Álamo en San Pedro Tlaquepaque, Jalisco.  

Desde OIM celebramos que Aldea Arcoíris siga apoyando y asistiendo a las personas que migran. Su esfuerzo por la integración y por hacer comunidad es loable.  

 

Texto y fotografías: Omar Romo.  

 

SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES