Historia
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  • Omar Romo | OIM México

Oaxaca/Ciudad de México (México) - Desde Vela de Coro, una tranquila comunidad en la costa venezolana, Marcos Aguirreche narró cómo es que se aventuró a migrar hacia los Estados Unidos con el corazón por delante y el progreso de su familia en la mente sin saber que una inesperada enfermedad iba a truncar su sueño, pero también le iba a abrir los lazos más solidarios que había conocido.  

Su primera experiencia migrando fue en el año 2016 cuando partió a Isla Curazao. Tan solo un año después fue deportado. En 2019 migró rumbo a Colombia, allí se desempeñaba como cocinero y fue donde en 2022, decidió emprender el camino a los Estados Unidos vía terrestre.  

La travesía no fue fácil; él, al igual que medio millón de personas al año, según datos migratorios en la región consultados en diciembre del 2023, cruzó la peligrosa selva del Darién vía terrestre. Este camino que separa América del Sur de Centroamérica es utilizado de manera recurrente por personas migrantes que buscan seguridad y una vida mejor. Sin embargo, migrar de modo irregular por el Tapón del Darién también entraña graves riesgos como los relacionados con la naturaleza, la violencia sexual y basada en género, robos, trata de personas, extorsión y secuestro. 

Ninguno de esos peligros latentes fue impedimento para Marcos, puesto que el afán por mejorar la vida de su familia fue claro y en ningún momento titubeó para cumplir ese sueño.  

Tras un padecimiento surgido en la ruta migratoria, Marcos decidió retornar a Venezuela con su familia apoyado por la OIM. © OIM México.

Un inesperado suceso 

Con muchos sacrificios, “a veces comiendo un plátano con pan”, los pasos de Marcos Aguirreche marcaron los países de Panamá, Nicaragua, Honduras, Guatemala, hasta que por fin logró llegar a México, pero justo cuando se encontraba en el estado de Oaxaca, sur del país, comenzó a manifestar síntomas de un síndrome denominado Guillain-Barré. Esta enfermedad le ocasionó inmovilidad total en piernas y brazos por lo que fue hospitalizado de emergencia para recibir atención médica.   

“Comencé a sentir un hormigueo en las manos, posteriormente podía mover los brazos, pero las manos no me respondían, a los tres días no me podía ni mover de la cama”.

Según la Organización Mundial de la Salud, este síndrome puede afectar a los nervios que controlan los movimientos musculares, así como a los que transmiten sensaciones dolorosas, térmicas y táctiles. Esto puede producir debilidad muscular, pérdida de sensibilidad en las piernas y/o los brazos y problemas para deglutir o respirar. 

Al ser diagnosticado con la enfermedad, Marcos comenzó a discernir la idea del retorno porque los médicos de Médicos Sin Fronteras (MSF) que se ocuparon de su atención le comentaron que su recuperación sería a largo plazo y con necesidad de fisioterapia, “fue por eso que vi viable la opción de retornar a Venezuela”, dijo.  

Aunado a vivir una enfermedad prácticamente solo, le preocupaba darle la noticia a su madre, ya que ni siquiera estaba enterada del viaje que había emprendido.  

“Le conté a mi mamá que estaba en México, por el solo hecho de estar allí ya estaba preocupada, ahora contarle sobre mi enfermedad... Fue algo aterrador contarle, fue muy difícil darle la noticia, pero también el estar uno solo con la enfermedad, asusta”.

En ese sentido, Marcos recibió la recomendación de un amigo de acercarse a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM / ONU Migración), quienes podrían apoyarlo para reencontrarse con su familia y continuar su recuperación. 

Marcos estuvo acompañado de personal médico y de OIM México. © OIM México

El programa de retorno voluntario con la OIM  

Ante el desalentador panorama, Marcos comenzó a plantearse la idea de retornar a su país como una solución y entró en contacto con personal del Programa Regional de Retorno Voluntario Asistido (RVA). El equipo de OIM realizó una entrevista y le consideró elegible para el retorno, por lo que se continuó colaborando con MSF para la valoración médica. 

Al mismo tiempo, la OIM contactó a la familia de Marcos, que manifestó preocupación y el deseo de volver a reunirse con él para brindarle cuidados que requería su recuperación, por lo que se continuó con el proceso de retorno. 

“Me considero muy afortunado de haber aplicado al programa, yo sé que hay alguien arriba que hizo posible que se diera de manera pronta”.

Marcos en el aeropuerto antes de partir a Venezuela. © OIM México.

El camino al retorno y reunificación familiar  

A la intención de Marcos Aguirreche de retornar a Venezuela y la factibilidad de su familia para recibirlo y continuar con su rehabilitación, se sumó el apoyo de la Cruz Roja Venezolana en el estado Falcón. Ellos informaron del tratamiento que requería Marcos se encontraba disponible en el estado donde era originario.    

Con estos alentadores elementos, la OIM contactó a la Embajada de Venezuela en la Ciudad de México para solicitar la emisión de un pasaporte provisional que le permitiera a Marcos retornar a su país de manera segura y regular.  

Así, con apoyo del Grupo Beta del Instituto Nacional de Migración(INM), capacitados y especializados en defensa de los derechos humanos, brindaron ayuda humanitaria y protección y se trasladó a Marcos al Aeropuerto de Ixtepec, en el estado de Oaxaca. Un médico de la OIM México lo acompañó en el viaje y se aseguró de que su estado de salud fuera el óptimo. 

Tras algunas horas de vuelo y varias escalas, Marcos volvió a Venezuela. Aterrizó en el Aeropuerto Internacional Josefa Camejo, donde le recibió el Sub-Comité de la Cruz Roja Venezolana en Estado Falcón para dar atención médica y trasladarle a su domicilio, donde su familia lo esperaba con gran emoción. 

Con la mirada hacia el futuro 

Hoy Marcos se encuentra animado recibiendo su tratamiento de fisioterapia ayudado por su padre, quien lo traslada a sus chequeos médicos y le apoya en sus ejercicios en casa. Está agradecido con la OIM a través del Programa Regional de Retorno Voluntario Asistido, una iniciativa de protección con fines humanitarios que se vincula con el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular (PMM). 

“Ya he recuperado fuerzas, ya puedo comer solo, bañarme solo, cepillarme solo. Sigo avanzando, aún me falta recuperar el equilibrio. No cumplí con mi objetivo, pero mi recuperación iba a ser con mi familia”.

Con la intención de recuperarse, Marcos contempla comenzar de nuevo buscando emprender su restaurante de comida china, ya que aprendió a hacerla durante varias etapas de su migración y descubrió su talento para ello.  

Por otra parte, migrar de nuevo es otra alternativa, pero según Marcos lo haría de forma regular:  

“Ya estoy en Venezuela, emigrar ya es difícil, si lo vuelvo a hacer lo buscaría hacer de manera regular, legal, donde me pueda evitar sucesos que pongan en riesgo mi vida”. 

El objetivo 21 del Pacto, titulado “Retorno Digno y Reintegración”, garantiza el derecho de personas migrantes como Marcos, de volver a su comunidad de origen de manera digna si así lo requiere de manera voluntaria y desde la OIM México trabajamos incansablemente para hacerlo de esa manera. 

Para más detalles sobre el Programa Regional de RVA, visita: https://rosanjose.iom.int/es/retorno-voluntario-asistido  

SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES
SDG 17 - ALIANZA PARA LOGRAR LOS OBJETIVOS