“Creo que como seres humanos cuando nosotros empezamos a darnos y a dar, nos damos cuenta de que la riqueza que vamos obteniendo a nuestro interior es mucho más grande”, apunta la misionera Claudia Portela.

Tijuana (México).- Claudia Portela es una misionera uruguaya que desde hace más de dos décadas trabaja en México. Desde que llegó a Tijuana ha tejido puentes con la comunidad migrante: “Yo nací en Sudamérica, pero me considero ciudadana del mundo, obviamente tengo mi acento, costumbres que me identifican, pero creo que eso no es un impedimento para tender lazos y brazos a las personas que van llegando”, explica en entrevista.

Su labor como administradora se desarrolla en Proyecto Salesiano, una organización católica que gestiona dos albergues para personas en contexto de movilidad en Tijuana: el Desayunador Salesiano Padre Chava con más de 22 años de servicio, y el Refugio Salesiano Don Bosco de reciente creación.

“Yo vine hace 22 años como misionera laica de la iglesia católica, venía por un año y mi destino fue el Proyecto Salesiano. El Desayunador tenía un año de haber iniciado, entonces me tocó ver cómo empezaba todo esto que ahora estoy a cargo”, señala Claudia, una mujer alegre y con mucha energía que nos comparte su experiencia.

Hoy en día el Desayunador, además de brindar alimentos, es un albergue que recibe a hombres en contexto de movilidad. Los salesianos, viendo la necesidad de contar con otro espacio para recibir y acompañar a mujeres migrantes solas o con hijas e hijos, han creado el Refugio en diciembre 2021 como una iniciativa apoyada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM-ONU Migración), la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), y UNICEF.

“Le llamamos Refugio porque están más contenidas, más resguardadas, más protegidas, sobre todo pensando en el tema de la niñez”, agrega Claudia.

Ambos espacios actúan como la primera mano de ayuda para las personas migrantes que llegan a Tijuana: “la idea del Desayunador y del Refugio es poder atender a la gente en contexto de movilidad de ayer, de hoy y de las que vengan para que no sea la calle la que los reciba y para que no sea el crimen organizado quien les tienda la mano”, agrega la administradora.

Actualmente por el Refugio han pasado casi mil personas quienes han encontrado en este albergue un lugar seguro con lo que se rebasa la meta de las 250 personas que se esperaban en los primeros cinco meses de 2022.

“El otro día hablaba con unas señoras de otros países decían ’es que aquí nos tratan muy bien’. Eso creo que es lo más importante, que en corto tiempo se hable del Refugio por el trato a las personas, que digan que ahí se sienten bien, se sienten cuidados y protegidos, creo que eso es lo más importante”, añade.

Con más afluencia de personas migrantes y desplazadas en el norte de México en los últimos meses, el Refugio Don Bosco se ha visto en la necesidad de fortalecer su infraestructura para brindar un mejor acompañamiento a la población.

“En diálogo con la OIM y viendo las necesidades que teníamos se trató de apoyarnos en dignificar el servicio hacia las personas. Por un lado, se remodeló la cocina donde se preparan los alimentos, que era rústica, a la vez que el techo se arregló porque si llueve, llovía también adentro”, cuenta Claudia.

Las mejoras que se pudieron realizar a través del componente de apoyos a albergues de la OIM fueron principalmente la habilitación y remodelación de varios espacios como la cocina y los destinados a la atención médica, psicológica y asesoría legal.  

Los trabajos estuvieron orientados a mejorar los servicios, proporcionando mayor calidad y eficiencia del Refugio. Desde el inicio, se tuvo estrecha comunicación y planeación de los trabajos con el equipo del albergue para coordinar las operaciones que se requirieron. Como parte del seguimiento, se hicieron visitas, por lo menos una vez a la semana para supervisar los avances y comprobar la calidad y buena ejecución de las obras”, comenta Olin Galván, Asistente del componente de albergues de la OIM en Tijuana.

Con estas acciones OIM busca fortalecer a estos socios clave para que cuenten con espacios dignos y seguros donde las personas migrantes puedan desarrollarse e integrarse a la comunidad: “Queremos que cuando salgan del Refugio o del Desayunador digan ’Yo puedo y yo quiero hacer esto”, que se pongan metas y que las pueda cumplir, creo que es lo más importante”, desea Claudia.

  • Texto: Sara Salazar
  • Fotos: ©OIM México/Sara Salazar.
Claudia Portela acompaña la visita de personal de OIM a Proyecto Salesiano en Tijuana. ©OIM México/Sara Salazar.
La intervención de OIM en el albergue del Refugio dejó mejoras en infraestructuras. Equipo de OIM con Claudia Portela en Tijuana. ©OIM México/Sara Salazar.
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