“Nunca he entendido por qué se burlan de mí, no le veo la gracia cuando imitan la forma en la que camino”, dice Rubén al preguntarle cómo se siente en #México después de haber huido de su país por motivos de violencia de género.

Tener la libertad de ser sin ser señalado por la identidad de género es un derecho consagrado en el artículo 1º en la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Todos los seres humanos nacen libre e iguales en dignidad y derechos”.

Una noche Rubén decidió tomar una pequeña maleta y comprar un boleto de autobús para iniciar su viaje al sur de México. Cada vez que sentía miedo o angustia se aferraba al deseo de llegar a un lugar donde pudiera caminar tranquilo, buscar un empleo y construir una nueva vida.

“He escuchado que #Canadá es muy bonito, que todo es tranquilo y la gente es buena”, el brillo en sus enormes ojos marrón refleja esperanza. “Me encantaría vivir ahí, solo espero que la pandemia termine para poder continuar con mi proceso de asilo”, agrega desde un lugar del norte de México.

La historia de Rubén muestra cómo la violencia y la discriminación no se detienen al cruzar una frontera, pasear sin ser agredido es un derecho que no se les respeta a miles de personas en América Latina.

#ItTakesACommunity #LGBTI

Casa Arcoiris Albergue LGBTI

 

Autora y fotos: Laura Cabello