Nos hicimos amigos en el preciso instante en el que nuestros puños se juntaron: “Dale el puño”, dijo José, su papá. Estabas entre sus brazos esperando con paciencia a que Flor, tu mamá, terminara de llenar formularios.  

“Se llama Carlos, tiene dos años y es un poco tímido”, me contó José. Después de algunos meses en México, tus papás decidieron regresar a Honduras. Buscaban una mejor oportunidad laboral en Estados Unidos, pero fue imposible.  

Al igual que tus padres, miles de familias abandonan su país en busca de un mejor futuro para sus hijos e hijas: una mejor educación, un lugar seguro para vivir en el que puedas salir a jugar.  

Después de intentar llegar a Estados Unidos, José y Flor fueron trasladados al Centro Integrador para el Migrante “Leona Vicario”, en Ciudad Juárez: “Nos trataron muy bien. Estuvimos poco tiempo, pero pudimos hacer amigos. Es curioso cómo puedes extrañar a las personas en tan poco tiempo”, cuenta José.

Un par de meses después decidieron contactar a la #OIMMéxico para buscar la manera de regresar a su país. “Cuando preguntamos si podíamos recibir alguna ayuda, nos informaron sobre las opciones disponibles, entre ellas estaba el programa de Retorno Voluntario Asistido (RVA) y decidimos aprovechar la oportunidad”, explicó Flor.

El programa RVA de la OIM es, como lo dice su nombre, totalmente voluntario y gratuito. Toda persona que quiera acceder a él recibe información detallada sobre las alternativas de las que dispone para poder tomar una decisión informada. También se realiza una entrevista a profundidad con personal calificado de la OIM para determinar si la persona puede regresar a su país de origen de una manera totalmente segura para ella y su familia.

Hoy, Carlos, Flor y José han regresado a casa de forma segura y digna.
 

Texto y foto: Laura Cabello/OIM 2021

SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES